Base de mantenimiento en el paso del Bernina en Grisones (Suiza)
Bearth & DeplazesLa Base de Mantenimiento en el Paso del Bernina se utiliza para limpiar la nieve de la carretera durante la temporada de invierno. Arquitectónicamente, es, por tanto, uno de los llamados «edificios funcionales» de la oficina cantonal de ingeniería civil del Cantón de los Grisones. En este contexto, los edificios funcionales son construcciones de infraestructuras necesarias de las que no se puede prescindir y que, por tanto, deben construirse de la forma más rentable posible.

La ubicación alpina de la base favorece la logística de la limpieza de la nieve y la observación meteorológica local, pero, sobre el terreno, uno se pierde en un vasto paisaje natural y climático de características casi árticas. Las huellas del calentamiento global son visibles: glaciares que se derriten, desprendimientos de rocas, deslizamientos de tierra... el permafrost. El Paso desarrolló su importancia tardíamente como ruta comercial norte-sur, con la ocupación de la Valtellina por la antigua Recia, lo que puso el Véneto al alcance de la mano y dio inicio al comercio entre el norte y el sur.

Desde entonces, la red global se ha hecho aún más visible en el árido paisaje del Paso: el Lago Bianco se ha convertido en un embalse, las líneas aéreas de alta tensión atraviesan el Paso, las fortificaciones militares, el ferrocarril rético, la autopista y las antenas direccionales son signos de nuestra sociedad en red. El Paso es, en definitiva, un paisaje cultural y comercial modelado por el hombre.

El Paso del Bernina es una zona de observación ideal, mientras que la Base funciona como un observatorio. En la superficie, se facilita la libre circulación de los automovilistas en todo momento (independientemente del clima) y, además, se supervisan los daños.
Solo son visibles las extremidades del edificio, mientras que la gran escala permanece latente ("fuera de la vista, fuera de la mente") bajo la hierba de la topografía, como un submarino varado o una excavación arqueológica, de la que parecen haber emergido fragmentos enigmáticos por efecto de la erosión: un bloque cilíndrico silencioso, un escudo curvado. ¿Land Art, monumento, ente o cobertizo decorado?

En inviernos muy duros, la torre del silo sobresalía del manto de nieve como un puesto de observación. En inviernos sin nieve, la sala vacía con las habitaciones se utilizaba como lugar de reunión para la exploración in situ: ¿Arca de Noé o Titanic?
La cámara oscura en la cima de la torre —un desliz de los arquitectos— es, por tanto, como la cereza del pastel, indispensable, el concepto central: se trata de perspectivas y visiones. Este espacio negro, aparentemente inútil, se hizo posible por la misma causa: la imprevisibilidad de los inviernos futuros. Es un volumen de reserva para más sal y más hielo. Un diminuto agujero de 18 mm lo conecta con el mundo exterior del macizo de Cambrena, que se filtra a través de él y, de forma violenta y poderosa, penetra en la cámara como una proyección de luz inconcebible e incomprensible: ¡pura física, sin tecnología, realismo mágico! En un mundo marcado por la interconexión digital global, una «irritación total».





















- Tipología Infraestructura
- Material Hormigón
- Fecha 2019
- Ciudad Bernina
- País Suiza
- Fotógrafo Guido Baselgia